Resumen:
Antecedentes: Para la Organización Mundial de la Salud la diabetes es una
prioridad y la recomendación internacional es enfocar los esfuerzos en la
disminución de la mortalidad prematura. En Chile, al igual que en otros países, la
prevalencia de diabetes en población adulta ha venido aumentado, pasando de
6,3% en el 2003 a 12,3% en 2016. La tasa de mortalidad específica se ha
estabilizado durante los últimos diez años, pero un tercio de esas muertes ocurre
en menores de 70 años. En Chile el control de la diabetes está incluido en los
Objetivos Sanitarios 2011-20. Los establecimientos del primer nivel de atención
implementan el Programa de Salud Cardiovascular con base en la guía para el
manejo clínico de la diabetes tipo 2, que orientan el cumplimiento de las garantías
explícitas y fijan estándares de calidad para la atención de esta patología. Si bien
se alcanzan las metas establecidas en cuanto a la cobertura efectiva (porcentaje de
personas con diabetes que mantiene adecuados niveles de hemoglobina
glicosilada), más de 70% de los pacientes no tiene buen control de su enfermedad,
incrementando su riesgo de desarrollar complicaciones. Los indicadores referidos
al proceso de atención muestran deficiencias en cuanto a la realización de los
exámenes e interconsultas recomendadas por los estándares nacionales e
internacionales. Las percepciones de los pacientes sobre la calidad de esta
atención, y especialmente sobre el aspecto relacional de la misma, no han sido
estudiadas. No existe una definición única de calidad de la atención, pero casi todas
incorporan una dimensión técnica, referida al cumplimiento de estándares fijados
por los profesionales de la salud, y una relacional, asociada a la comunicación y
confianza que se establece entre el paciente y su prestador.