Resumen:
El 30 de enero del 2020, la OMS declaró que el brote de la enfermedad causada
por el nuevo coronavirus (COVID-19) era una emergencia de salud pública de
importancia internacional. Para responder a la COVID-19 se requieren una
preparación y una respuesta críticas, que incluyen dotar al personal y los gerentes
de los establecimientos de salud de la información, los procedimientos y las
herramientas necesarios para que puedan trabajar de manera segura y eficaz.
El personal de salud desempeña un papel decisivo en la respuesta al brote de
COVID-19 y es la piedra angular de las defensas de un país para limitar o contener
la propagación de la enfermedad. En la primera línea, el personal de salud
proporciona la atención necesaria a los pacientes con COVID-19 presunta o
confirmada, a menudo en circunstancias difíciles, y corre mayores riesgos de
contraer la enfermedad en el curso de su labor. Puede estar expuesto a riesgos
como angustia, fatiga, desgaste ocupacional o estigma. La OMS reconoce este
trabajo esencial, así como la responsabilidad y la importancia de proteger al
personal de los establecimientos de salud.