Resumen:
Chile es un país que se ha comprometido históricamente con los principios de universalidad y equidad en salud, expresados tempranamente en la creación del Servicio Nacional de Salud (SNS) en 1952 (1). La introducción de seguros privados de salud durante el gobierno militar profundizó la segmentación del sistema de salud chileno en un subsistema privado y un subsistema público ‒que atiende a la mayoría de la población, particularmente a los grupos en situación más vulnerable por sus circunstancias sociales, edad o estado de salud. Durante la década de los 90’s se impulsaron numerosas estrategias para fortalecer el sistema público de salud. Sin embargo, persistieron las preocupaciones por inequidades en salud y la atención de salud, motivando la llamada Reforma Solidaria de Salud, que incorporó entre otros cambios el Régimen de Garantías Explícitas en Salud (GES). Un propósito específico expresado en el mensaje de la Ley 19.966 de 2004 que estableció el GES, fue él de mejorar la equidad de acceso a la atención de salud en Chile (2). No obstante, el compromiso de reducir las inequidades en este ámbito sigue siendo un desafío nacional, planteado actualmente como una de las metas de la Estrategia Nacional de Salud (2011-2020) (3).